dijous, 23 d’octubre del 2008

Tengo el alma henchida

Tengo el alma henchida
cuando miro a mi lado,
busco amor en tu bebida,
encuentro sexo en tu tabaco.

Se deforman tus formas
se inhiben mis sitios,
me regalas tus ropas
y esparcen sus vicios.

Cantan mis estímulos
cuando silva el viento
de tus dulces labios,
momento suculento.

Inquietante clausura
que libera sabor rancio,
una maloliente ternura
que encarcela cansancio.

Una bebida ya olvidada
junto a cualquier bar
una espera desesperada
cerca de aquel mar.

Tengo el alma henchida
de ti, de mi, de todo
tengo el alma henchida
fuera miedo de un soplo.